domingo, 12 de septiembre de 2010

De "Poetas peruanas de antología"


A mediados del 2009, el crítico y poeta Ricardo González Vigil publicó "Poetas peruanas de antología" (Mascapaycha Editores, 2009), una antología que reúne poesía escrita por mujeres peruanas, desde la poesía popular anónima, época del Virreinato, época de la República, moderna, contemporánea y de auge actual, comprendiendo la presente década donde fui incluida. A continuación un par de poemas míos seleccionados por el crítico en mención (obra además el primer poema de "Una morada tras los reinos", que no repito por haberse posteado en la entrada anterior).



canción en el río Sava


observo el prado
la ardiente ceremonia de un par de libélulas
en la rama del eucalipto
entre los pinos me desnudo
desato mis decoloradas botas
-miserables emblemas del extravío y el amor-
cautelosamente me introduzco en el río
como una tímida caricia
soy otra alga otro pez atornasolado
(una brema por ejemplo)
o tal vez un guijarro lanzado con furia
a la corriente
una almeja que guarda la roja saliva del silencio
una balsa en la que va un pensamiento náufrago
un bayo tronco colmado de termitas
que triunfalmente se ahogan
soy una rana croando los crepúsculos
un nenúfar

desciendo
soy un remolino
una mentira transparente
que la realidad no devora
nubes salobres nubes vegetales
se disipan
la luz traspasa el limbo de piedras marrones
y apacibles cangrejos
entonces descubro que existe
otro río bajo el fondo del río
que se asemeja a una muerte de labios azules
a una palabra indecible
que aprendemos a sentir
con los ojos repletos de palabras indecibles
existe otro prado
donde también se sueña
se contemplan ardientes ceremonias
como un par de libélulas en la rama de un eucalipto
o una muchacha que se desnuda entre los pinos
se introduce en el río
y es otra alga otro pez atornasolado
que desciende con vehemencia
descubre que existe otro río bajo el fondo del río
otro prado
y lo mira
me mira
un grito callado nos une
un abismo transparente nos divide
seráfica tortura




el cuerpo del poema II


yo nunca pronuncié esa palabra
tampoco tú ni nadie
no hemos navegado aún en sus corrientes
no hemos brindado aún con su transpiración
nunca fui informada de su nacimiento
ni de su último vahído

sólo frente a nosotros aún solemne
pero con aplomo de títere
la hoja
sosteniendo al poema como un espectro deforme
un arca donde caimanes hombres garzas topos
y demás animales no dejan de rasguñar la madera
bajo la cual se absorbe el mar en sí mismo
y las palabras vomitan con tan solo percibir
el indiferente viaje de las nubes

sólo frente a nosotros con la columna maltrecha
lánguido bullicioso abisal
el poema
veteado arroyo mostrándonos en retrospectiva
desde nuestra nariz hasta el primer mono
y millares de palabras como torpes aletas
contagiando su precaria suerte de elevación

desde entonces todo fue rastrillar contra lo oscuro
evaporarse entre setos de cadáveres
algunos despertares sobre enjambres dúctiles

pero dónde el lenguaje

estoy segura siempre me lo pregunté
desde que las palabras dejaron de ser
un molino de apolilladas praderas

pero dónde el lenguaje

no el que alzo en estos momentos
para asestar estas letras
sobre el vibrátil dorso de lo inexistente
sino aquél sin mortajas
desnudo del todo de la nada
con el ojo despejado impoluto aunque detrás
de estas rancias lianas de luz llamadas palabras
que anudo y desanudo
que fracturo y cicatrizo
que embadurno de sangre e hirviente saliva

podría ser algo similar al Qala tad-dwejra
a los cabellos de Enlil
o a lo mejor tan solo a un colibrí nonato
pero entonces la libertad podría reducirse
a un sudario utilizado solamente para incubar
en urnas de ágata al lenguaje

cómo saberlo
si las palabras a contraluz
toman lomas de pantera
y en ángulo retráctil
son un oleaje de erizos
que se me engarzan y deslizan
desde el cráneo hasta las falanges

yo nunca pronuncié esa palabra
caprichoso molusco
déjame ser tu partícula ajena
rodéame
embalsama mi tullida voz
con tus armaduras de nácar


así siempre me ofrendo
me ofrendaré
pez de piedra
belladona
crucificada hacia el sur
a tu nutricia
sabia
imposibilidad


(Imagen: portada de "Poetas peruanas de antología")